Por: Licenciado Alejo Enrique Prado Castro. Perito
Experto en dactiloscopia y especialista en criminalística de Campo.
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TRATADO DE PAPILOSCOPIA
Extraído del libro TRATADO DE
PAPILOSCOPIA escrito por Juan C. Alegretti y Brandimarti de Pini.
INTRODUCCIÓN
En este articulo pretendo dejar
claro y despejar muchas dudas que tengan los estudiantes, peritos y conocedores
de la papiloscópia, en cuanto a los procedimientos técnico/científico,
utilizados para el desarrollo de informe periciales de confronte o cotejos
papiloscópicos. Sin dejar a atrás, los principios que se deben tomar en cuenta
para el desarrollo de esta disciplina, además el extracto tomado de este
tratado de Papiloscopía, tal como me lo permitiera su auto (Juan Alegretti), es utilizado con fines didactactico/educativo,
para el apoyo y sostén de los peritos en su difícil pero apasionante tarea
papiloscópica.
Muchos son los autores de diversos países, que plasman sus conocimientos
en esta disciplina de la Papiloscopía. A continuación, les presento un extracto
textual del escrito que aparece en el libro de Tratado de Papiloscopía, escrito
por Juan C. Alegretti y Brandimarti de Pini, y que en sus páginas 93, 94, 95, 96,
97, 98, 99, y 100, trata sobre las NORMAS PARA EL CONFRONTE O COTEJO
PAPILOSCOPICO.
2. NORMAS PARA EL CONFRONTE O COTEJO PAPILOSCOPICO: Para
establecer este tipo de identidad, debe cumplirse el cotejo o confronte entre
los papilogramas dubitados y los indubitados. Para su determinación categórica,
se deben cumplir las normas que comprenden cuatro pasos bien diferenciados e
independientes uno de otros; dos de carácter extrínseco y dos de carácter
intrínseco, todos los cuales deben ser verificados sistemáticamente en el orden
pre-determinado, ya que de no superarse alguno de ellos, no corresponde
continuar con los siguientes. Dentro de los exámenes extrínsecos se verifican
los comentados a continuación.
I.
Idoneidad: Los papilogramas a comparar deben
cumplir con esta condición primaria. De poseerla, se podrá continuar con los
siguientes pasos metodológicos, de no hacerlo, no resultará posible continuar
con los estudios ni establecer identidad, porque los elementos a cotejar no
reúnen los requisitos necesarios. Este principio involucra dos condiciones, a
saber: nitidez e integridad. Ambas están directamente relacionadas con la
calidad y el estado
de los papilogramas, y se requiere el cumplimiento de las dos. Se entiende por
ellas lo siguiente:
NITIDEZ: Se refiere a la
calidad de las impresiones. Los calcos deben resultar legibles, permitiendo
constatar debidamente los detalles característicos, de manera tal que sea
posible visualizar perfectamente contrastadas las líneas de los Espacios.
Integridad: Los papilogramas a
comparar no necesariamente deben estar completos, ya que, aun tratándose de
parciales, estos deben poseer campo suficiente para obtener la apreciación
integral de congruencia morfológica necesarias (tipo fundamental, región y
puntos característicos) para la realización de los estudios.
De reunir estas dos condiciones
se deben continuar con el confronte. De no hacerlo pueden ocurrir distintas
circunstancias según se trate del material indubitado o del dubitado. Si la
falta de idoneidad la presenta el material indubitado, se deben requerir nuevos
elementos que puedan obtenerse de otros documentos o a través de la toma de
nuevas impresiones decadactilares de la persona debidamente identificada. Para
el cumplimiento de la tarea de establecer identidad, solo significa pérdida de
tiempo, ya que hay que procurar los nuevos elementos indubitados, pero el
resultado final está asegurado. De no reunir el material dubitado, la cuestión
es más compleja, ya que ese material es único,
irreemplazable, no pudiéndose pedir al autor del hecho, por ejemplo, que repita
su accionar para dejar una impronta en condiciones óptimas de idoneidad.
II Similitud: Esta norma sugiere
que los papilogramas a comparar, deben pertenecer a una misma área papilar
(digital, palmar o plantar), a un mismo tipo de patrón fundamental y además
guardar parecido o semejanza morfológica en las
estructuras del diseño, formado por las particularidades de sus líneas y
espacios.
Como ya se ha hecho referencia, identidad es la condición de ser igual a sí
mismo y distinto a los demás. Esta norma está enfocada especialmente al primero
de los dos conceptos, el de ser igual a sí mismo. Si se estuvieran cotejando
dos dactilogramas pertenecientes al mismo tipo fundamental, Por
ejemplo, dos verticilos, las similitudes o su falta se determinaría al
visualizarse genéricamente sus características. Si ambos dactilogramas fueran
de tipos impuros, es decir que poseen sus deltas opuestas, pero no enfrentados,
un ejemplo simple de falta de similitud seria que en uno de ellos, el delta
derecho, estuviera notoriamente mas arriba del izquierdo y en el otro no se
cumpliera esa circunstancia, o bien que la configuración del dibujo de su
centro no guardara correspondencia;
Superados estos dos pasos –Idoneidad y Similitud--, se deben buscar los
puntos característicos ya detallados, es decir esos particulares y caprichosos
dibujos conformados por las líneas durante su recorrido; la norma, en su tercer
paso, fija cuantos puntos característicos son necesarios para establecer de manera
categórica identidad. Este número es diferente según el área papilar
involucrada (dactilar, palmar, o plantar), por lo que serán determinados en
cada caso particular. Verificado el cumplimiento de los dos primeros Requisitos
extrínsecos, debe continuarse con los estudios intrínseco. Esto permitirá
encontrar las formalidades necesarias para establecer identidad
III Cantidad suficiente
de puntos característicos: La cantidad de puntos que requiere el sistema
dactiloscópico para una identificación categórica, depende del tipo de ficha a
cotejar. En una ficha decadactilar (con impresión de los 10 dígitos) entre
nueve (9) y doce (12) puntos. En una monodactilar (impresión de un solo digito)
entre doce (12) y quince (15) puntos característicos. En el sistema
palametoscópico la cantidad requerida es entre doce (12) y quince (15) puntos
característicos, al igual que para el sistema pelmatoscópico, por ser en Ambos
mayores el campo a comparar.
La cantidad de puntos necesarios para establecer identidad ha sido
determinada sobre la base de la experiencia, y hoy es aceptada y cumplida por
todos. Sin embargo, hasta llegar a los valores detallados se ha transitado un
largo camino, donde coexistieron diferentes criterios según los profesionales
que intervinieran.
En el libro EL ABC del Dactiloscopo,
sus autores, Ricardo Rosset y Pedro Lago refieren “La cantidad de puntos
característicos exigidos para establecer identidad, varía de acuerdo a la
cantidad y calidad de las impresiones digitales suministrada, de modo que si
contamos con los diez dactilogramas de una persona, después de establecer la
identidad “de visu” solo restara en algunos casos constatar la existencia de
unos pocos puntos característicos en uno solo de los elementos sometidos a
cotejos; pero, si solo contamos con una impresión digital aislada, será mayor
el numero de puntos que habremos de considerar, máxime si se trata de una
impresión no muy clara o de escaza nitidez, como ocurre con los rastros dejados
por los delincuentes”.
Otros autores consideran que de ocho a once bastarían si son en el
núcleo, pero requerirían catorce o quince si son extremos de líneas O
bifurcaciones en la zona marginal, por ser estos muy comunes.
Actualmente, con más de un siglo de experiencia es indiscutible la
identidad dactiloscópica con la determinación de doce puntos de cualquier tipo,
sin importar la región donde se encontrará. Entre nueve y doce, dependiendo de
diversos factores, por ejemplo, si se trata de fichas decadactilares –que son
las usuales en los confrontes de individuales dactiloscópicas--, de la región
donde se encuentren y del tipo de punto característico. Con ocho o menos no se
establece identidad dactiloscópica. En relación con los monodactilares, los
palametogramas y los pelmatogramas, se requieren doce o más, por ser muy amplio
el espectro del campo a cotejar. Los valores indicados fueron determinados
empíricamente y sus resultados han sido óptimos. Variar esta cantidad --salvo
por verificación profesional estadísticamente comprobada y ratificada en congresos
papiloscópicos—(tema que no se considerado tratar por el momento por no
resultar necesario), pone en riesgo la fiabilidad del sistema.
A fin de dejar perfectamente dilucidado este tema, es útil hacer una
breve recorrida de los valores considerados desde sus comienzos hasta la fecha
y los utilizados actualmente en los distintos países del mundo. Un trabajo muy
completo sobre el tema, es el realizado por el doctor Edmund Locard en su obra
La investigación criminal y los métodos científicos, publicada en parís en 1929
donde si bien expresa que no hay que regirse por un número absoluto de puntos
característicos si no considerar homologías genéricas, Angulaciones,
longitudes, anchuras, interrupciones de líneas etc, y que una particularidad
rara es cien veces mayor que una serie de bifurcaciones en la zona céntrica,
presenta sin embargo como resumen, que con mas de doce puntos evidentes, la
certidumbre es indiscutible para todos; con ocho a doce puntos dicha
certidumbre estará dada por la limpidez de la huella, la rareza del tipo, la
presencia de centros de figuras o del triángulo en la parte descifrable la
perfecta correlación en anchura y dirección de las crestas y surcos; la
presencia de poros, etc. ; y con muy pocos puntos la huella no ofrece
certidumbre sino probabilidades, en cantidad proporcional al numero de puntos y
a su limpidez.
En la opinión de los autores del presente tratado –sin cuestionar los
dichos por este médico criminalista francés—apartarse de la rigidez científica
y efectuar consideraciones subjetivas que pueden diferir entre técnicos,
fehaciente y categóricos que estos sistemas papiloscópicos han garantizado en
sus mas de cien años de uso.
Otro antecedente importante es el registrado en Europa y que significara
el triunfo de la dactiloscopia en ese continente y deL
técnico que la utilizara, el antropólogo francés Alfonso Bertillon. A pesar de
sus criticas a este sistema, Bertillon incorporó a las fichas de su sistema
antropométrico, las impresiones dactilares como un elemento más. Sin embargo, con motivo de un homicidio
ocurrido el 17 de octubre de 1902, fue convocado a intervenir, encontrando
huellas digitales visibles provocadas por el entintado de la sangre de la víctima,
procediendo a su fotografiado. A partir del cotejo con las fichas
antropométricas logro encontrar las impresiones correspondientes y determino
identidad hallando 3 puntos característicos en el pulgar, 4 en el índice y 6 en
el anular.
Por su parte Soderman y O´conell, en su obra Métodos modernos de
investigación policiaca, dicen que la regla son 12, pero que la identificación
no consistE
solo en buscar puntos característicos idénticos, sino en tomar en cuenta
ángulos y longitudes, entre otros factores.
En nuestro país la Policía Federal argentina, si bien no posee una norma
determinada, ratifica que 12 puntos característicos dan absoluta certidumbre de
identidad. Igual número es utilizado por la Policía de Buenos Aires, aunque la
han establecido con menos, pero poniendo en riesgo sus resultados. En Alemania,
se requieren entre 8 y 12 puntos. En Brasil, a pesar de las diferencias de
opiniones de peritos, que oscilan entre 8, 10 y 12, la idea generalizada es la
de 12 puntos coincidentes para establecer identidad. En Colombia, se requieren
como mínimo 10 puntos característicos. En el reino de España la cantidad
requerida es de 12 puntos. En los Estados Unidos de Norte América la Oficina
Federal de Investigaciones (F.B.I.) toma 12 puntos característicos. En Francia
el numero requerido es de 17 puntos. En Grecia se establece identidad con 10 a
12 puntos. En Italia se requieren entre 16 y 17 puntos característicos. En
Uruguay, Holanda, Belgica y Congo, se requieren 12 puntos característicos, en
la República de Venezuela, requieren de 7 a 12 puntos característicos, y en el reino
unido, Chipre, Ghana, Irlanda, Jamaica, Uganda y Zambia
entre 12 y 16 puntos.
Si bien es observable una diferencia de opiniones en las distintas
actuaciones profesionales entre países, prima siempre el consenso de extremar
las seguridades en la aplicación de los sistemas, para sostener en forma
categórica y fehaciente la identidad humana.
Los puntos característicos hallados en los papilogramas, deben señalarse
en laminas ilustrativas, demarcándose en ellas --en caso de haberlos 15 puntos, siguiendo una diagramación que,
si bien nO
es excluyente, si es importante estandarizar, para visualizar fácilmente sus
resultados. La manera de marcarlos, será tratado más adelante. Encontrada la
cantidad suficiente de puntos característicos, resta todavía precisar si los
mismos son concurrentes debiendo para el ello realizar el cuarto y último paso.
IV Calidad de los Puntos Característicos:
la totalidad de los puntos determinados deben ser concurrentes es decir que
deben reunir los siguientes requisitos de calidad: exacta coincidencia de
ubicación; exacta coincidencia de situación, y exacta coincidencia de
dirección.
Exacta coisidencia de ubicación: se refiere al lugar preciso en que se
allá el punto característico dentro del papilograma. Si se trata de
dactilogramas y dentro de ellos arcos, en cual de las zonas se encuentra
(central, superior, inferioR, derecha o izquierda);
si fueran presillas y verticilos en que región (bacilar, marginar o nuclear) y
en algunos casos excepcionales también puede ser tomada para confronte la
segunda falange. Si el confronte es
palametogramas en la región superior, hipotenar o tenar, y si es entre
pelmatogramas, se debe tener en cuenta la región superior, y de ser necesario
la segunda región o del arco del pie.
Exacta coisidencia de situación:
los puntos característicos deben estar situados a igual distancia entre si uno
de otro. La misma se establece mediante el trazado de una recta imaginaria, A
través de la cual de la cual debe realizarse el conteo de todas las líneas
atravesadas por ella durante su recorrido. Por utilizarse para el contaje la
línea de Galton impura, se debe incluir las de salida y llegada. Esa cantidad
de líneas conforma la “Situación” de los puntos entre sí. Situación es entonces
la distancia mensurada en cantidad de líneas existente entre cada punto.
Exacta coisidencia de Dirección: la dirección esta dada por la
orientación que posean los puntos característicos o alguna de sus ramas.
Estos requisitos determinan que los puntos característicos sean concurrentes.
A partir de esta determinación se puede arribar a una conclusión categórica,
fehaciente e indubitable de identidaD papiloscópica,
estableciéndose de este modo la identidad física de las personas.
……………………Espero
que, con estas aclaraciones, despejen muchas de las dudas, a las que estuvieron
sometidos anteriormente. También recomendamos el auxilio de peritos expertos y
conocedores de este tema que le podemos explicar cOn
mayores detalles y ejemplos si fuera necesario………ultima línea.