miércoles, 15 de junio de 2022

EXTRAIDO DEL LIBRO TRATADO DE PAPILOSCOPIA

 

Por: Licenciado Alejo Enrique Prado Castro. Perito Experto en dactiloscopia y especialista en criminalística de Campo.

criminalisticaypanama.blospot.com

 

TRATADO DE PAPILOSCOPIA

 

Extraído del libro TRATADO DE PAPILOSCOPIA escrito por Juan C. Alegretti y Brandimarti de Pini.



INTRODUCCIÓN

                En este articulo pretendo dejar claro y despejar muchas dudas que tengan los estudiantes, peritos y conocedores de la papiloscópia, en cuanto a los procedimientos técnico/científico, utilizados para el desarrollo de informe periciales de confronte o cotejos papiloscópicos. Sin dejar a atrás, los principios que se deben tomar en cuenta para el desarrollo de esta disciplina, además el extracto tomado de este tratado de Papiloscopía, tal como me lo permitiera su auto (Juan Alegretti), es utilizado con fines didactactico/educativo, para el apoyo y sostén de los peritos en su difícil pero apasionante tarea papiloscópica.

Muchos son los autores de diversos países, que plasman sus conocimientos en esta disciplina de la Papiloscopía. A continuación, les presento un extracto textual del escrito que aparece en el libro de Tratado de Papiloscopía, escrito por Juan C. Alegretti y Brandimarti de Pini, y que en sus páginas 93, 94, 95, 96, 97, 98, 99, y 100, trata sobre las NORMAS PARA EL CONFRONTE O COTEJO PAPILOSCOPICO.

 

2. NORMAS PARA EL CONFRONTE O COTEJO PAPILOSCOPICO: Para establecer este tipo de identidad, debe cumplirse el cotejo o confronte entre los papilogramas dubitados y los indubitados. Para su determinación categórica, se deben cumplir las normas que comprenden cuatro pasos bien diferenciados e independientes uno de otros; dos de carácter extrínseco y dos de carácter intrínseco, todos los cuales deben ser verificados sistemáticamente en el orden pre-determinado, ya que de no superarse alguno de ellos, no corresponde continuar con los siguientes. Dentro de los exámenes extrínsecos se verifican los comentados a continuación.

I.                    Idoneidad: Los papilogramas a comparar deben cumplir con esta condición primaria. De poseerla, se podrá continuar con los siguientes pasos metodológicos, de no hacerlo, no resultará posible continuar con los estudios ni establecer identidad, porque los elementos a cotejar no reúnen los requisitos necesarios. Este principio involucra dos condiciones, a saber: nitidez e integridad. Ambas están directamente relacionadas con la calidad y el estado de los papilogramas, y se requiere el cumplimiento de las dos. Se entiende por ellas lo siguiente:

NITIDEZ: Se refiere a la calidad de las impresiones. Los calcos deben resultar legibles, permitiendo constatar debidamente los detalles característicos, de manera tal que sea posible visualizar perfectamente contrastadas las líneas de los Espacios.

Integridad: Los papilogramas a comparar no necesariamente deben estar completos, ya que, aun tratándose de parciales, estos deben poseer campo suficiente para obtener la apreciación integral de congruencia morfológica necesarias (tipo fundamental, región y puntos característicos) para la realización de los estudios. 

                De reunir estas dos condiciones se deben continuar con el confronte. De no hacerlo pueden ocurrir distintas circunstancias según se trate del material indubitado o del dubitado. Si la falta de idoneidad la presenta el material indubitado, se deben requerir nuevos elementos que puedan obtenerse de otros documentos o a través de la toma de nuevas impresiones decadactilares de la persona debidamente identificada. Para el cumplimiento de la tarea de establecer identidad, solo significa pérdida de tiempo, ya que hay que procurar los nuevos elementos indubitados, pero el resultado final está asegurado. De no reunir el material dubitado, la cuestión es más compleja, ya que ese material es único, irreemplazable, no pudiéndose pedir al autor del hecho, por ejemplo, que repita su accionar para dejar una impronta en condiciones óptimas de idoneidad.

II              Similitud: Esta norma sugiere que los papilogramas a comparar, deben pertenecer a una misma área papilar (digital, palmar o plantar), a un mismo tipo de patrón fundamental y además guardar parecido o semejanza morfológica en las estructuras del diseño, formado por las particularidades de sus líneas y espacios.

Como ya se ha hecho referencia, identidad es la condición de ser igual a sí mismo y distinto a los demás. Esta norma está enfocada especialmente al primero de los dos conceptos, el de ser igual a sí mismo. Si se estuvieran cotejando dos dactilogramas pertenecientes al mismo tipo fundamental, Por ejemplo, dos verticilos, las similitudes o su falta se determinaría al visualizarse genéricamente sus características. Si ambos dactilogramas fueran de tipos impuros, es decir que poseen sus deltas opuestas, pero no enfrentados, un ejemplo simple de falta de similitud seria que en uno de ellos, el delta derecho, estuviera notoriamente mas arriba del izquierdo y en el otro no se cumpliera esa circunstancia, o bien que la configuración del dibujo de su centro no guardara correspondencia;

Superados estos dos pasos –Idoneidad y Similitud--, se deben buscar los puntos característicos ya detallados, es decir esos particulares y caprichosos dibujos conformados por las líneas durante su recorrido; la norma, en su tercer paso, fija cuantos puntos característicos son necesarios para establecer de manera categórica identidad. Este número es diferente según el área papilar involucrada (dactilar, palmar, o plantar), por lo que serán determinados en cada caso particular. Verificado el cumplimiento de los dos primeros Requisitos extrínsecos, debe continuarse con los estudios intrínseco. Esto permitirá encontrar las formalidades necesarias para establecer identidad

III          Cantidad suficiente de puntos característicos: La cantidad de puntos que requiere el sistema dactiloscópico para una identificación categórica, depende del tipo de ficha a cotejar. En una ficha decadactilar (con impresión de los 10 dígitos) entre nueve (9) y doce (12) puntos. En una monodactilar (impresión de un solo digito) entre doce (12) y quince (15) puntos característicos. En el sistema palametoscópico la cantidad requerida es entre doce (12) y quince (15) puntos característicos, al igual que para el sistema pelmatoscópico, por ser en Ambos mayores el campo a comparar.

La cantidad de puntos necesarios para establecer identidad ha sido determinada sobre la base de la experiencia, y hoy es aceptada y cumplida por todos. Sin embargo, hasta llegar a los valores detallados se ha transitado un largo camino, donde coexistieron diferentes criterios según los profesionales que intervinieran.

 En el libro EL ABC del Dactiloscopo, sus autores, Ricardo Rosset y Pedro Lago refieren “La cantidad de puntos característicos exigidos para establecer identidad, varía de acuerdo a la cantidad y calidad de las impresiones digitales suministrada, de modo que si contamos con los diez dactilogramas de una persona, después de establecer la identidad “de visu” solo restara en algunos casos constatar la existencia de unos pocos puntos característicos en uno solo de los elementos sometidos a cotejos; pero, si solo contamos con una impresión digital aislada, será mayor el numero de puntos que habremos de considerar, máxime si se trata de una impresión no muy clara o de escaza nitidez, como ocurre con los rastros dejados por los delincuentes”.

Otros autores consideran que de ocho a once bastarían si son en el núcleo, pero requerirían catorce o quince si son extremos de líneas O bifurcaciones en la zona marginal, por ser estos muy comunes.

Actualmente, con más de un siglo de experiencia es indiscutible la identidad dactiloscópica con la determinación de doce puntos de cualquier tipo, sin importar la región donde se encontrará. Entre nueve y doce, dependiendo de diversos factores, por ejemplo, si se trata de fichas decadactilares –que son las usuales en los confrontes de individuales dactiloscópicas--, de la región donde se encuentren y del tipo de punto característico. Con ocho o menos no se establece identidad dactiloscópica. En relación con los monodactilares, los palametogramas y los pelmatogramas, se requieren doce o más, por ser muy amplio el espectro del campo a cotejar. Los valores indicados fueron determinados empíricamente y sus resultados han sido óptimos. Variar esta cantidad --salvo por verificación profesional estadísticamente comprobada y ratificada en congresos papiloscópicos—(tema que no se considerado tratar por el momento por no resultar necesario), pone en riesgo la fiabilidad del sistema.

A fin de dejar perfectamente dilucidado este tema, es útil hacer una breve recorrida de los valores considerados desde sus comienzos hasta la fecha y los utilizados actualmente en los distintos países del mundo. Un trabajo muy completo sobre el tema, es el realizado por el doctor Edmund Locard en su obra La investigación criminal y los métodos científicos, publicada en parís en 1929 donde si bien expresa que no hay que regirse por un número absoluto de puntos característicos si no considerar homologías genéricas, Angulaciones, longitudes, anchuras, interrupciones de líneas etc, y que una particularidad rara es cien veces mayor que una serie de bifurcaciones en la zona céntrica, presenta sin embargo como resumen, que con mas de doce puntos evidentes, la certidumbre es indiscutible para todos; con ocho a doce puntos dicha certidumbre estará dada por la limpidez de la huella, la rareza del tipo, la presencia de centros de figuras o del triángulo en la parte descifrable la perfecta correlación en anchura y dirección de las crestas y surcos; la presencia de poros, etc. ; y con muy pocos puntos la huella no ofrece certidumbre sino probabilidades, en cantidad proporcional al numero de puntos y a su limpidez.

En la opinión de los autores del presente tratado –sin cuestionar los dichos por este médico criminalista francés—apartarse de la rigidez científica y efectuar consideraciones subjetivas que pueden diferir entre técnicos, fehaciente y categóricos que estos sistemas papiloscópicos han garantizado en sus mas de cien años de uso.

Otro antecedente importante es el registrado en Europa y que significara el triunfo de la dactiloscopia en ese continente y deL técnico que la utilizara, el antropólogo francés Alfonso Bertillon. A pesar de sus criticas a este sistema, Bertillon incorporó a las fichas de su sistema antropométrico, las impresiones dactilares como un elemento más.   Sin embargo, con motivo de un homicidio ocurrido el 17 de octubre de 1902, fue convocado a intervenir, encontrando huellas digitales visibles provocadas por el entintado de la sangre de la víctima, procediendo a su fotografiado. A partir del cotejo con las fichas antropométricas logro encontrar las impresiones correspondientes y determino identidad hallando 3 puntos característicos en el pulgar, 4 en el índice y 6 en el anular.

Por su parte Soderman y O´conell, en su obra Métodos modernos de investigación policiaca, dicen que la regla son 12, pero que la identificación no consistE solo en buscar puntos característicos idénticos, sino en tomar en cuenta ángulos y longitudes, entre otros factores.

En nuestro país la Policía Federal argentina, si bien no posee una norma determinada, ratifica que 12 puntos característicos dan absoluta certidumbre de identidad. Igual número es utilizado por la Policía de Buenos Aires, aunque la han establecido con menos, pero poniendo en riesgo sus resultados. En Alemania, se requieren entre 8 y 12 puntos. En Brasil, a pesar de las diferencias de opiniones de peritos, que oscilan entre 8, 10 y 12, la idea generalizada es la de 12 puntos coincidentes para establecer identidad. En Colombia, se requieren como mínimo 10 puntos característicos. En el reino de España la cantidad requerida es de 12 puntos. En los Estados Unidos de Norte América la Oficina Federal de Investigaciones (F.B.I.) toma 12 puntos característicos. En Francia el numero requerido es de 17 puntos. En Grecia se establece identidad con 10 a 12 puntos. En Italia se requieren entre 16 y 17 puntos característicos. En Uruguay, Holanda, Belgica y Congo, se requieren 12 puntos característicos, en la República de Venezuela, requieren de 7 a 12 puntos característicos, y en el reino unido, Chipre, Ghana, Irlanda, Jamaica, Uganda y Zambia entre 12 y 16 puntos.

Si bien es observable una diferencia de opiniones en las distintas actuaciones profesionales entre países, prima siempre el consenso de extremar las seguridades en la aplicación de los sistemas, para sostener en forma categórica y fehaciente la identidad humana.

Los puntos característicos hallados en los papilogramas, deben señalarse en laminas ilustrativas, demarcándose en ellas --en caso de haberlos   15 puntos, siguiendo una diagramación que, si bien nO es excluyente, si es importante estandarizar, para visualizar fácilmente sus resultados. La manera de marcarlos, será tratado más adelante. Encontrada la cantidad suficiente de puntos característicos, resta todavía precisar si los mismos son concurrentes debiendo para el ello realizar el cuarto y último paso.

IV Calidad de los Puntos Característicos: la totalidad de los puntos determinados deben ser concurrentes es decir que deben reunir los siguientes requisitos de calidad: exacta coincidencia de ubicación; exacta coincidencia de situación, y exacta coincidencia de dirección.

Exacta coisidencia de ubicación: se refiere al lugar preciso en que se allá el punto característico dentro del papilograma. Si se trata de dactilogramas y dentro de ellos arcos, en cual de las zonas se encuentra (central, superior, inferioR, derecha o izquierda); si fueran presillas y verticilos en que región (bacilar, marginar o nuclear) y en algunos casos excepcionales también puede ser tomada para confronte la segunda falange.   Si el confronte es palametogramas en la región superior, hipotenar o tenar, y si es entre pelmatogramas, se debe tener en cuenta la región superior, y de ser necesario la segunda región o del arco del pie.

  Exacta coisidencia de situación: los puntos característicos deben estar situados a igual distancia entre si uno de otro. La misma se establece mediante el trazado de una recta imaginaria, A través de la cual de la cual debe realizarse el conteo de todas las líneas atravesadas por ella durante su recorrido. Por utilizarse para el contaje la línea de Galton impura, se debe incluir las de salida y llegada. Esa cantidad de líneas conforma la “Situación” de los puntos entre sí. Situación es entonces la distancia mensurada en cantidad de líneas existente entre cada punto.

Exacta coisidencia de Dirección: la dirección esta dada por la orientación que posean los puntos característicos o alguna de sus ramas.

Estos requisitos determinan que los puntos característicos sean concurrentes. A partir de esta determinación se puede arribar a una conclusión categórica, fehaciente e indubitable de identidaD papiloscópica, estableciéndose de este modo la identidad física de las personas.

……………………Espero que, con estas aclaraciones, despejen muchas de las dudas, a las que estuvieron sometidos anteriormente. También recomendamos el auxilio de peritos expertos y conocedores de este tema que le podemos explicar cOn mayores detalles y ejemplos si fuera necesario………ultima línea.


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